miércoles, 16 de septiembre de 2015

Capítulo 12: Egidio Montes del Lano (o Llano) (1891-1895)

Este hábil político logró recuperar el crédito internacional para el país indemnizando a las empresas acreedoras con extensas concesiones de tierras en el interior, principalmente en la estéril y desértica provincia de Las Ciénagas.

Del Lano hizo construir una prisión en la isla del Batuque, situada en el río Mandiguní aguas arriba de la capital. Allí fueron encarcelados Balteres, sus colaboradores inmediatos, los periodistas y los políticos opositores, acusados todos de diversos crímenes y delitos. Siguiendo el ejemplo de su antecesor contrató mercenarios para mantener el orden, con los cuales se formó la Organización Nacional Independiente de Mercenarios. A ésta se la autorizó a nombrar a los funcionarios administrativos y docentes en la Escuela de Guerra Militar, a regular la inmigración y el contrato de nuevos mercenarios y a dirigir el periódico "El Nacional Independiente", sucesor de "El Despedroce" y propagandista del partido.

Del Lano se fue haciendo impopular. Se hacían bromas con su apellido, porque no hay Montes en el Llano, y los Montes Del Ano no suenan bien.

En sociedad con varias empresas extranjeras hizo construir los primeros frigoríficos, que permitieron el mejor aprovechamiento de las carnes de sapo, lagartija y lombriz, y la exportación de charqui, chacinados, embutidos y quesillo de cabra. El mismo supervisó este proceso, convirtiéndose en experto en la fabricación de quesos fermentados y escribiendo un libro sobre el tema.

En 1893 del Lano convocó a una Convención Reconstituyente en la villa portuaria del Pescáu, con el objeto de reformar la Constitución y restarle poder a la Asamblea Controladora. Fueron elegidos delegados en todo el país en representación del PNI (único reconocido hasta el momento) y de las ligas de fomento y sociedades de beneficencia regionales. Los delegados debatieron la cuestión durante varios meses, bajo intensa presión y amenazas por parte de los mercenarios que respondían a del Lano. Fue así que se decidió la formación de Cámaras de Diputados y Senadores, elegidos por voto popular directo, pero dejando al Presidente el derecho de reemplazarlos en caso de inconducta o en interés del supremo bienestar nacional. También se estableció la duración del período presidencial en diez años, con opción a otros diez. Este último punto en particular, causó gran irritación en los medios políticos, que veían postergadas sus aspiraciones a elecciones más frecuentes. Sumado esto a lo sospechoso del manejo de los frigoríficos por parte de del Lano, a nadie sorprendió el movimiento insurreccional de 1895.

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